

principios
fundamentales
del metodo
montessori

Libertad
El niño, dentro de los límites adecuados, es libre de elegir entre diversas actividades útiles cuidadosamente preparadas para él. La libertad es inherente a la pedagogía Montessori. No una libertad contraria a la disciplina, sino aliada de ésta.
Responsabilidad
Ante la libertad de elección el niño decide con que trabajar y comprende la utilidad de lo que elige, concentrándose e involucrándose al grado que se desarrolla el carácter. Al conquistar el control de sus movimientos y emociones alcanzados por medio del trabajo con límites, el niño conquista la disciplina que parte de su voluntad consciente forjando la responsabilidad.
Amor
Lo más importante es motivar al niño a aprender con gusto, permitirles satisfacer la curiosidad y experimentar el placer de descubrir ideas propias en lugar de recibir los conocimientos de los demás, cultivando así el amor por el aprender y el saber. Al conquistar estas ideas y al descubrir por sí mismo sus capacidades, el niño desarrolla un amor propio que aumenta su autoestima provocando una aceptación de sí mismo que a su vez fortalecerá su carácter y seguridad.
Respeto
La filosofía Montessori está basada en el respeto hacia sí mismo, hacia los demás y hacia el ambiente en el que el individuo se desarrolla.
Alegría
Al fomentar el respeto, la libertad, la disciplina y el amor en el niño, el resultado es la alegría por aprender, por saber, por vivir y por el sentirse amado, respetado, valioso, capaz y único.
Independencia
El niño al estar en contacto con un ambiente preparado donde hay libertad guiada y donde nace la disciplina interna, se desarrolla la independencia, que es una conquista que inicia con el cuidado personal, bajo la frase de María Montessori: "Ayúdame a hacerlo por mí mismo".
Racionalidad
El ambiente preparado, las guías y el material animan a los niños a pensar, a comunicarse y a actuar con cuidado para fomentar y preservar el bien colectivo de la comunidad.